De las decisiones que tomamos solos y de las decisiones que tomamos en pareja, de
las decisiones que tomamos para mejorar nuestra vida en exclusiva y de las que
tomamos para mejorar nuestra vida con el resto va esta película de enredo
sentimental de Dani de la Orden, El test, que trata de sacar unas risas al espectador
(cuando no lo saca de quicio) y lo consigue media docena de veces.
La comedia plantea un supuesto dilema económico, conductual en el fondo, que se
resuelve sin resolverse: cien mil euros ahora o un millón dentro de diez años. Una
burla o parodia, al menos una forma de poner en tela de juicio ciertas doctrinas
psicológicas y a quienes las consumen y sustentan.
La película transita por lo teatral, no en vano parte de las tablas, de las que pretende
trasladar su éxito de público, y desarrolla su trama principal en el interior de una casa
despampanante donde la acción triangula al principio (Carlos Santos, Miren Ibarguren
y Alberto San Juan) y finaliza en cuadrilátero con Blanca Suárez. Por allí transita
también Antonio Resines. Las vistas desde la terraza al atardecer son preciosas.
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