Mezclar ciencia ficción, road movie, amor y drama es el cóctel al que se enfrentaron los hermanos César Esteban Alenda y José Esteban Alenda para dirigir la película Sin fin, su primer largometraje presentado en el Festival de Málaga Cine en Español. Al final se decantaron por el amor, la deteriorada relación de una pareja que tiene una segunda oportunidad aprovechando una máquina del tiempo y que protagonizan los actores María León y Javier Rey, que mantuvieron un encuentro con medios en el que participó SidesOut. Y lo rodaron sin complejos: miradas cómplices, primeros planos de amor y de desamor, puestas de sol de ensueño en playas gaditanas.
Sin fin podría encasillarse bajo el cliché de película romántica, pero María León (Goya a la actriz revelación en 2011 por La voz dormida y ahora triunfando en televisión con Allí abajo) aporta sus matices: “En todo caso diría que es una modernura romántica”.
Fotogramas de la película «Sin fin»
La ciencia ficción queda en un segundo plano. “Es imposible abarcarlo todo”, dice Javier Rey (en boga por series como Fariña y Velvet). “Al final han apostado por la historia de amor y la parte fantasiosa tiene menos protagonismo. Me parece una buena elección narrativa”, explica el actor. Los directores, añade María León, “han dejado que naturalmente surja y crezca lo que la película pedía” y advierte que el concepto final es romántico, pero la historia “es muy dura, como la vida misma”.
Los personajes transitan entre dos épocas en una película de estructura compleja, que mezcla un viaje en el tiempo con flashbacks de la pareja protagonista al día en el que se enamoraron en un rocambolesco viaje de día para ver la puesta del sol sobre el mar en Andalucía. Es el mismo viaje que años después reviven para tratar de revivir ese amor perdido.
“Mi personaje -cuenta María León- es bastante complejo, con una mochila importante a cuestas que a lo largo de su vida crece y vemos donde ella decide colocarse. Es un personaje tan frágil como fuerte”. De complejidad también habla Javier Rey: “El mío es un volcán que no explota nunca y acaba conviviendo consigo mismo en ese lugar cuando aparece el personaje de María, que lo va transformando dentro de esa habilidad social de la que carece”.
La película transcurre en un viaje desde Madrid a las playas andaluzas con referencias culturales tan aparentemente ajenas entre sí como Chéjov, Mecano (con un divertido juego con un popular tema de este grupo de finales de los ochenta) y la física cuántica.
María León cree que la película refleja ese mundo de segundas oportunidades frente a las consecuencias del aprendizaje. “Yo creo que los aprendizajes son importantes y que uno se tiene que equivocar para aprender, aunque si tiene la oportunidad de poder rectificar…”. No es su caso personal, dice, “mi máquina del tiempo me ha llevado donde me tenía que llevar”. Pero a pesar de eso, es una idea recurrente para fantasear. “Pero porque soy actriz y me gusta fantasear”.
Javier Rey, con ironía o no, se muestra firme partidario de llevar la fantasía a la realidad, pero sorprende la fe que tiene en que la película influya en los espectadores: “Cada uno lo va a llevar a un terreno personal. Si vas acompañado al cine habrá un gran debate sobre qué has sentido tú y que he sentido yo. Uno dirá que va de unas cosas y otro que de otras y todos tendrían razón. A lo mejor, en algún lugar alguien hace una llamada a quien hace tiempo que no llama; o alguien decide decirle a otra persona algo que nunca le ha dicho”.
Ambos actores ya rodaron juntos el corto Not the end en 2014, en el que se basa el largometraje presentado ahora en el Festival de Málaga. Los dos se conocen, por tanto, muy bien y se deshacen en elogios, más incluso que lo habitual en estos casos. Una muestra: “Es la mejor actriz del planeta tierra, generosa, buena tipa, he aprendido mogollón a su lado y me ha cuidado. Firmo un contrato vitalicio para trabajar con ella porque me hace mejorar y crecer como actor”, dice él. Y otra más: “Ha sido muy fácil, es un gran actor y aprender de él es muy gustoso. La admiración entre nosotros ayudó a que nos lo pusieran tan fácil y hemos disfrutado mucho del trabajo del otro”, replica ella.
María León, María en la película, habla de que ha intentado poner en el personaje la “misma efervescencia” que tiene ella y que muestra riendo de forma continúa y bromeando a lo largo del encuentro. Sus objetivos los tiene claros: “Hacerme viejita y seguir actuando y contando historias, sea desde un papel de villana o desde la rana Gustavo, que también sería interesante”.
Javier Rey, Javier en la película, porta aires de galán perfeccionando su papel mientras busca interpretar personajes complejos con cierta turbiedad. “Me gustan personajes con aristas. Si es pirata, astronauta o banquero, en el siglo pasado o ahora, me da igual, pero que humanamente sea una persona compleja”.
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