Ah, las listas, símbolo inequívoco de estas fechas. ¿Qué sería de una web de contenido cultural sin ellas? Hay quien piensa que son caprichosas, casi siempre atropelladas y cargadas de inexactitudes. En Internet, hay quien no las ve más que como un burdo clickbait, hijas accidentales del periodismo de la novedad, una negación de la responsabilidad social y la seriedad que deberíamos exigir a los medios.
Por eso, querido lector o lectora, desde SidesOut te recomendamos que no leas ninguna lista estas navidades. Ninguna excepto esta. Total, ya que estás aquí qué más te da, ¿no? Has clicado. El mal está en tu casa.
Feliz 2017 🙂
Top de cine de 2016
10. El extraño
Dir.: Na Hong-jin
Título original: Goksung
País: Corea del Sur
El Extraño está entre lo más impredecible que he visto este año, un cóctel entre el thriller rural y el cine de terror de posesiones demoníacas. Un perturbador Jun Kunimura cuadra la turbia visión que parece que se tiene entre muchos coreanos al respecto del legado que ha dejado la difícil relación política y social de Corea del Sur con Japón (circunstancia que este año hemos podido encontrar también en La doncella, mencionada en esta misma lista). Inquietante y violenta, lo mejor, en cualquier caso, es contar lo menos posible sobre El extraño.
9. Carol
Dir.: Todd Haynes
País: Estados Unidos
La adaptación de la novela El precio de la sal de Patricia Highsmith por Todd Haynes y la escritora Phyllis Nagy supone el ejercicio más sublime de actualización del melodrama del Hollywood de la edad dorada desde Lejos del cielo. Pocos personajes he visto este año más emocionantes que el de Cate Blanchet en esta película. Su comportamiento emocionalmente suicida duele en lo más profundo.
8. Kubo y las dos cuerdas mágicas
Dir.: Travis Knight
Título original: Kubo and the Two Strings
País: Estados Unidos
O cómo tratar al público infantil con más admiración y respeto de lo que muchas películas «adultas» lo hacen con la gente madura. Una hermosa obra de artesanía sobre la importancia de las historias que, por cierto, no hace nada mal tándem con El cuento de la princesa Kaguya (también en esta lista).
7. No respires
Dir.: Fede Alvarez
Título original: Don’t Breathe
País: Estados Unidos
Un opresivo survival de frecuencias carpenterianas que invierte el subgénero de invasiones domésticas. Probablemente la película de terror más cinematográfica del año: una delicia en su uso de encuadres, espacios, miradas, ritmo, y (sobre todo) luz que se permite juguetear sin pudor con la suspensión de incredulidad gracias a ese excepcional actor físico que es Stephen Lang, todo un acierto de casting. Una vez más, al igual que en las recientes It Follows (David Robert Mitchell, 2014) o Solo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive, Jim Jarmusch, 2013), Detroit se presenta como nido de horrores contemporáneo.
6. La doncella
Dir.: Park Chan-wook
Título original: Ah-ga-ssi
País: Corea del Sur
Una extraña y explosiva mezcla entre las historias de las hermanas Brönte y Sade, todo pasado por el filtro del director de Old Boy (Oldeuboi, 2003), siempre atento al comportamiento abyecto de sus personajes, cuanto más abyecto mejor. Larga, excéntrica, violenta, pervertida, brillante, dirigida con el habitual barroquismo del realizador coreano, preñada de cambios de perspectiva y planos narrativos, saltos en el tiempo, y giros en la trama. Sin duda, el mejor y más impresionante trabajo de Park. Un exceso estético en el mejor de los sentidos.
5. Ahora sí, antes no
Dir.: Hong Sang-soo
Título original: Ji-geum-eun-mat-go-geu-ddae-neun-teul-li-da
País: Corea del Sur
Hay en esta comedia algunas de las escenas más graciosas y patéticas que he visto en el cine de Hong Sang-soo. No es extraño: hablamos aquí de un ejercicio de brutal honestidad, en el que Hong es, más que nunca, el alter ego de su protagonista, sobre todo si atendemos a su reciente y polémica relación sentimental con la actriz Kim Min-hee, casi un revival viejo y pocho, de calcetín sudao, del lío entre Godard y Anna Karina durante el rodaje de El soldadito (Le petit soldat, Jean-Luc Godard, 1963). Como en las películas de Jarmusch, lo importante de verdad en Hong son los momentos, las piezas. Si no se curvan, no funcionan. En Ahora sí, antes no, cada momento y cada conversación está rodada con un humor, un respeto y una ternura que no muchos directores saben ofrecer, y eso la hace especial.
4. El cuento de la princesa Kaguya
Dir.: Isao Takahata
Título original: Kaguyahime no monogatari
País: Japón
Un portento de la animación que ha tardado demasiado en estrenarse en España. La espera ha valido la pena. El cuento de la princesa Kaguya es una de esas películas en las que, al estilo de los grandes maestros, la forma y el fondo acaban siendo la misma cosa: la belleza de las imágenes y la del cuento en que se basa son igual de misteriosas y mágicas, y se relacionan en perfecta sintonía. Una obra maestra.
3. Spotlight
Dir.: Thomas McCarthy
País: Estados Unidos
Una necesaria reivindicación de la profesión periodística como revulsivo de la corrupción en los poderes fácticos (aquí representados por la muy pederasta Iglesia Católica), y una justa triunfadora en los Oscar 2015 (la primera película de la que opino esto desde hace por lo menos diez años). Es fácil pasar por alto las sutilezas de su afinadísima dirección y su guion cargado de detalles, por eso no está de más reivindicarla y recomendar revisiones. Gana con visionados.
2. Paterson
Dir.: Jim Jarmusch
País: Estados Unidos
Jim Jarmusch en modo partículas elementales. Escribí una crítica aquí.
1. Caballo dinero
Dir.: Pedro Costa
Título original: Cavalo Dinheiro
País: Portugal
Hay un plano nocturno en Caballo dinero que parece pensado para que el espectador respire después de las opresivas escenas de interiores que ha visto antes. Tiene lugar en un jardín en el que dos personajes mantienen un diálogo frente al hospital psiquiátrico donde transcurre el grueso de la película, del que lo único visible en este punto son algunas de las ventanas encendidas del edificio, que asemejan estrellas en el cielo. Los sonidos de ambiente propios del exterior, junto con la posición, óptica y angulación de la imagen, permiten intuir un cielo oscuro fuera de campo que hace que la percepción que podemos tener de los márgenes del formato se extienda indefinidamente, fundiéndose con el resto de la pantalla de cine, también oscura, y, por extensión, con la negritud del resto de la sala. De pronto, podríamos tener la sensación de que la ficción ha expandido sus dominios hasta el infinito, colándose en nuestra realidad. Sin embargo, el ratio de las imágenes no ha cambiado. Todo esto ha pasado de manera orgánica.
Nadie hace películas como Pedro Costa, una de las voces más importantes del cine de autor contemporáneo, y, quizás, el cineasta independiente definitivo, frontalmente en contra de los sistemas de producción predominantes en el mundo. En Caballo dinero, Ventura, el protagonista caboverdiano de Juventude Em Marcha (2006), lejos ya del barrio de As Fontainhas, es recluido en un desolado centro psiquiátrico, lugar en el que se enfrentará al recuerdo de sus oscuras experiencias durante la Revolución de los Claveles, mientras la muerte y la locura le persiguen. Como en Juventude Em Marcha, los límites entre ficción y realidad no son fáciles de distinguir, si bien el componente de realismo mágico está mucho más acentuado aquí que en el anterior trabajo de Costa, concordando con el derrumbamiento mental de Ventura. Las imágenes de Caballo dinero, las primeras que rueda Costa en digital HD para una película e inspiradas por la fotografía de Jacob Riis, están entre lo más sombrío que he visto en cines este año pasado. Son como una especie de pesadilla silenciosa y asfixiante.
Menciones especiales
Cuatro películas que me han gustado pero que han quedado fuera de esta lista, por orden de preferencia:
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