La compañía La Phármaco, que dirige la malagueña Luz Arcas, volvió anoche a Málaga para representar su última función de su paso por el Teatro Cánovas en el que ha representado dos días y lo ha vuelto a conseguir: ha vuelto lograr transmitir un discurso completo, compacto, sin necesidad de la palabra, sin recurrir al planteamiento, nudo y desenlace al que tan habituado estamos por la literatura, el teatro, el cine… Su original forma de contar historias llega al público de un modo mucho más eficaz: mediante las sensaciones y emociones que provoca la pura acción.
El movimiento del cuerpo no es caprichoso, obedece a muchas órdenes racionales y con ellas se dejan ver también muchas intenciones.Y es eso lo que se puede apreciar de manera fácil e intuitiva en esta obra de Luz Arcas, que ya representó en Málaga en el Teatro Echegarya en 2014. Aun sin conocer que este montaje está basado en la obra de Esperando a Godot de Samuel Beckett, aun sin haber visto previamente algo de danza contemporánea, aun sin haber visto jamás una sola de obra de teatro, cualquier persona que salga de esta función podría resumir perfectamente de qué va: títeres que se dejan mover por otros, ausencia, nostalgia, rutina, tedio, falta de sentido, el absurdo, pero sin embargo una incesante búsqueda, un permanente movimiento hacia otra cosa, una incansable necesidad de seguir buscando algo que desear.
No es necesario ser experto en danza contemporánea, ni siquiera haber visto mucho teatro ni siquiera haber leído la obra de Samuel Beckett, animo a todo el mundo a acercarse a la obra de La Phármaco, cuya agenda del pasado año ha tenido casi más citas por Europa que dentro de España, porque habla un precioso lenguaje capaz de conectar con todos.
El trabajo de los cuatro intérpretes que dan vida a “La voz de nunca” se ve realzado por una magnífica banda sonora en directo a cargo de Carlos González al piano que interpreta piezas como Claro de Luna de Beethoven o la Sonata de viola de Shostakovich.
Ahora toca esperar a marzo, cuando La Phármaco estrene su nueva obra, Kaspar Hauser. El huérfano de Europa, en los Teatros del Canal de Madrid, en el Festival Otoño a Primavera, para volver a ver un espectáculo con mayúsculas, emocionante, bello y tras el que se deja ver un duro trabajo y mucha profesionalidad, fiel a un mensaje, muy alejado de los predominantes espectáculos snobs que tan a menudo se ofrecen.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR