La vida a palos. Testamento es un repaso a la vida de un hombre que trató de huir de su propio de destino, de quien al final de su vida decidió enfrentarse a ella mediante la literatura, tras el cálido regazo que ofrece el papel, enfrentándose a los fantasmas que le acompañaron toda su existencia.
El fugitivo se llama Pedro Atienza (1955-2014) y es él mismo quien relata su propia historia gracias a un testamento que dejó escrito antes de morir en 2014. Es él quien cuenta su propia historia, pero acompañado por un camaleónico Imanol Arias, que ha vuelto a los escenarios tras 24 años de silencio en las tablas, hecho que se debe a la “fortuna” o el “castigo” (como el mismo Imanol reconoce) de estar 17 años en un mismo proyecto en televisión (Cuéntame cómo pasó). Ausencia en los teatros que cambió radicalmente cuando, en 2014, el actor conoció la noticia de la muerte de su amigo Atienza. El actor reconoce que se negó en numerosas ocasiones a las repetidas peticiones de Atienza de volver a los escenarios para interpretar esta obra, hasta que su muerte le hizo dar el sí definitivo, pues tenía que “cuidar su legado”, reconoce Imanol Arias, quien durante las casi dos horas de duración de la pieza está acompañado por un joven, pero prometedor, Aitor Luna, que interpreta al hijo del artista.
José Manuel Mora, quien ha reelaborado el texto, y Carlota Ferrer, directora de la obra, han sido los responsables de aunar el deseo de Atienza y las ganas de Imanol haciendo realidad un proyecto que cuenta con un sello muy personal y que se representa en los teatros del Canal, Madrid, hasta este domingo, 22 de julio.
A veces lenta, a veces también un poco grandilocuente, La vida a palos narra, en definitiva, la historia de un padre que busca el reencuentro con su hijo, a quien abandonó cuando apenas tenía 5 años. con un gran trabajo de producción audiovisual que aporta momentos verdaderamente bellos.
La vida a palos. Testamento
Autores: Pedro Atienza y José Manuel Mora
Dirección: Carlota Ferrer
Intérpretes: Imanol Arias, Aitor Luna, Guadalupe Lancho, Raúl Jiménez (cantaor) y Batio (violonchelo)
Escenografía: Mónica Boromello
Iluminación: David Picazo
Vestuario: Ana López Cobos
Audiovisuales: Jaime Dezcallar
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