El rito y su poder transformador del entorno cultural en el que se asienta tiene un reflejo sobre el escenario con la danza contemporánea del espectáculo Miserere, que la compañía La Phármaco estrena en el Teatro Cervantes de Málaga este domingo, 5 de febrero. La coreógrafa y bailarina malagueña Luz Arcas ha rebuscado para ello en elementos de la danza tradicional hasta construir una atmósfera de radical contemporaneidad con la que enfrentarse a los elementos del mito y sus liturgias.
Miserere. Cuando la noche llegue se cubrirán con ella surgió de las conversaciones de Arcas con el codirector de La Phármaco, Abraham Gragera, en las que confluían lecturas de clásicos del pensamiento como Elías Canetti o René Girard.
La obra está estructurada en tres actos: el sacrificio, el temor y la palabra. En ella se aborda el tema del chivo expiatorio, que es el significado al que alude el término ‘pharmakos’ griego, un rito de purificación para extirpar un mal colectivo escogiendo a una persona a la que se expulsaba de la ciudad y en ocasiones era sacrificada.
De este modo, Miserere expone a través de la danza un ritual de muerte, fe y folclore, como los que tantas veces han sido utilizados para dar identidad a un pueblo, aunque tampoco haya que obviar el aspecto festivo que acompaña de forma irónica al duelo.
Además de Luz Arcas, otras cinco bailarinas participan en la obra: Elena González, Begoña Quiñones, Ana Catalina Román, Raquel Sánchez y Nadia Vigueras. Son seis mujeres de diferentes generaciones a las que se suma la música original y en directo con la presencia de piano, voz, saxo y percusiones. La composición musical corre a cargo de Carlos González, al frente sobre el escenario del piano y percusiones, y al que acompañan Laura Fernández (voz y percusiones) y Cristian Buades (trombón y percursiones).
La Phármaco es una compañía de danza creada en 2009 que siempre ha utilizado los elementos clásicos como inspiración para lanzar un mensaje renovado en el que la libertad del cuerpo en la búsqueda de nuevas formas es un elemento fundamental. Desde entonces su trayectoria la ha convertido en una de las compañías que están renovando el mundo de la danza contemporánea intentando sacar esta disciplina del hermetismo con el que chocaba el espectador cuando se enfrentaba al espectáculo.
Desde sus inicios La Phármaco ha reinterpretado mediante la danza a clásicos literarios como El Banquete de Platón, en su obra El monstruo de las dos espadas, o Esperando a Godot, de Samuel Beckett, en el espectáculo La voz de nunca. Y es quizá esta raigambre en el clasicismo lo que le permite una base desde las que crecer hasta apuntar maneras de ser una de las compañías que marcarán la danza contemporánea española. Así se lo han reconocido numerosos galardones que jalean su trayectoria, entre los que destaca el Premio Ojo Critico de Danza de 2015. Con La Phármaco y su Miserere se acerca a su final una nueva edición del Festival de Teatro de Malaga.
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