La naturaleza, único testigo de una muerte sobre la escena del Teatro Cervantes
Podríamos decir que la naturaleza, las plantas, las flores y todos los seres vivos que habitan en el invernadero de la obra Todas las noches de un día son los verdaderos testigos de lo que ocurre bajo su techo. Este thriller, que ha ofrecido el Teatro Cervantes de Málaga, siembra el misterio sobre una muerte que tiene lugar en una casa residencial situada a las afueras de una ciudad sin nombre. El jardinero, interpretado por un impresionante Carmelo Gómez, encargado del cuidado de las plantas que habitan en él, es el principal sospechoso. Sin embargo, el espectador es guiado a través de diferentes giros de la trama a lo largo de su hora y media de duración, que se llega hacer hasta corta.
La actriz Ana Torrent da vida al otro personaje de la obra, sobre el que versa toda la pieza. Una mujer soltera, que vive sola en una gran casa, misteriosa e irresistible para el hombre que, además de hacerse cargo de su jardín, también se ocupa de curar sus heridas.
Esta obra dramática de Alberto Conejero recorre las profundidades de estos dos personajes que intentan huir de un pasado que queda desdibujado y que el espectador no llega a conocer, pero que tiene el suficiente peso para ser creíble.
Aunque en un principio se hace difícil entrar en la trama, a medida que la obra, sin demasiada artificiosidad, avanza, coge ritmo y el texto de Alberto Conejero consigue definir con precisión las más realistas oscuridades.
