Juan Perro tiene licencia para el mestizaje. No va con estos tiempos en los que a cualquiera se le acusa de apropiación cultural o de buenismo que rompe la homogeneidad de una civilización que no existe más que en mentes ridículas que ven invasiones por otros lados. Mestizaje, pues.
Santiago Auserón es un tipo nacido hace 67 años en Zaragoza, héroe pop de la movida madrileña, que se sube a un escenario y se pasea junto a una potente banda por La Habana, Holguín, Veracruz o las riberas del Misisipi, investigando en las fuentes del rock, el blues, el son, el jazz, el danzón… cuántas músicas caigan en su lupa de explorador. El trabajo se refleja en cualquier tablao al que se encarame, por ejemplo, el del festival Brisa Fest en Málaga, donde La Banda de Juan Perro participó en una de las tres jornadas, la que tenia como plato fuerte el cuarenta aniversario de la banda Danza Invisible.
La Banda de Juan Perro, sobre el escenario del Brisa Fest de Málaga.
Santiago Auserón/Juan Perro se subió al escenario de la plaza de toros malagueña con traje azul, camisa naranja y zapatos verdes. Se mostró como lo que es, como un rockero viejo que se gusta como rock star, sin canas con un tinte perfecto, bailando, adoptando poses de rock’n’roll junto a su banda, improvisando unos pasos sencillos de rumba, impostando cuando se viene arriba la voz como un bluesman negro.
Tiene Juan Perro la actitud suficiente en el escenario y el total respeto por la música que crea e interpreta, por las fuentes de las que bebe, por su trayectoria que va desde aquel primer disco de pop alocado con Radio Futura hasta Libertad, el último trabajo de La Banda de Juan Perro. Es divertido, una pizca glam, y toca, toca mucho y bien, introduce sus canciones con unos discursos teatrales en los que deja patente, como ya se ha dicho, su licencia para el mestizaje, la que le da la rica tradición sureña y latina. “Los roqueros españoles tenemos derecho a rumbear”.
Sonaron temas de su último disco, como Magnolia o La última rosa, trabajos anteriores como A morir amores, Río Negro o En La Frontera. Regaló una eficaz interpretación de Perla Oscura y, siendo la noche del homenaje a Danza Invisible, cantó junto a Javier Ojeda A este lado de la carretera, la vibrante versión del tema de Van Morrison que es bandera de los malagueños desde que lo hicieran suyo a finales de los ochenta. Y el bis final fue para dos clásicos de Radio Futura, El puente azul, que es la última canción que compuso la banda, y Semilla negra, el tema con el que el grupo enseñó a los modernos de entonces qué era eso de la música latina y abrió una inmensa puerta que ya nunca se ha cerrado.
Juan Perro y Javier Ojeda interpretan ‘A este lado de la carretera’ en el Brisa Fest.
La velada en la que Juan Perro actuó en el Brisa Fest la completaron Mikel Erentxun, que triunfó con los himnos de Duncan Dhu, y Danza Invisible, pletóricos ante su público, sus cuarenta años en el escenario y el repaso a todos sus hitos concluyendo con una enérgica interpretación de El Club del Alcohol. Antes que estos tres nombres clásicos de la música española, pasó por el escenario Anni B. Sweet. No solo de canas vive el pop.
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