Jon Rivero (Torrelavega, Cantabria, 1983) llegó a Málaga hace 12 años. Antes y después de su llegada al sur siempre le acompañó su cámara y tres obsesiones que quedan reflejadas en cada una de sus obras: el amor, la rabia y la ilusión. Con esta última ha llegado por fin a ser uno de los nominados a mejor cortometraje en la sección de Málaga del Festival de Cine. Mañana, tras muchos años de intentos, por primera se enfrenta al jurado donde conocerá si su cortometraje ¿Por qué apuntan a Sirio? ha sido merecedor de la biznaga. En esta entrevista conocemos un poco mejor a este creador que también bucea en el teatro y las videocreaciones.
¿Qué has querido contar con tu cortometraje ¿Por qué apuntan a Sirio?
Es un corto sobre el punto de vista, lo que parece que es y luego no es. Es una historia sobre dos personajes de los que, aparentemente, no sabemos nada y, conforme avanza la historia, vamos descubriendo, no solo a los personajes, sino de qué va la historia. Este cortometraje va sobre espejos, máscaras y de cosas que son otra cosa. Está basado en un sueño que tuve. El 60% del corto es un sueño que tuve literal como lo cuenta la protagonista.
¿Y por qué Sirio?
Sirio es una de las estrellas más cercanas que hay al sistema solar, en el que se dice que puede haber vida inteligente y que serían los primeros en contactar porque son los que más cercan están. En la visión que tiene ella de los aliens al final dice “con sus deditos están apuntando, etcétera…” es una analogía, no solo de que apunten a una estrella, sino de lo que le está pasando internamente al personaje en ese momento: la angustia… Como los ponis, los traumas.
¿Por qué esa obsesión en tus cortometrajes con los traumas y los personajes traumados?
Porque la vida es trauma, la vida son problemas. Es una forma natural en la que salen las cosas, aunque también tengo cortos de amor, pero quizás ahora esté en una época de intentar retratar ese tipo de temas, de conflictos, de angustias existenciales, ansiedades y desasosiegos.
En tus obras también está presente siempre la existencia de un mundo paralelo, utópico.
Sí, eso está en muchas cosas de las que he hecho, como un escape a otras realidades, vivir en otras realidades, mostrar que estamos mejor andando por otros sitios que por el real. Yo siempre hablo de la ilusión, es como el tema central de lo que hago. La ilusión a veces está bien y otras la ilusión se rompe, está rota. Me gusta ese tema de los sueños, de lo que queremos y de lo que no conseguimos en diferentes aspectos, a través de relaciones de pareja o familia. O, en otros de mis trabajos, por ejemplo, hay unos tíos que buscaban extraterrestres, que también es una ilusión.
Al final parece que todos los que tienen esa ilusión son los traumados…
Sí, locos somos todos, pero digamos que en el cine tenemos que ensanchar eso. El cine no es realidad, no debe serlo, pero sí que le damos una pátina más estrambótica o escandalosa respecto a lo que es real, que para mí sí que tiene que tenerlo. Una sosura me aburre dentro de la realidad, al hacer cine tienes que retratar y yo no quiero retratar la realidad, quiero retratar algo que me sugiera cosas dentro de lo que aparentemente es la realidad, porque para ti puede ser una cosa, para mí otra…. Es muy subjetivo. La realidad no deja de ser mundos y formas de ver la vida de cada persona, por eso hay miles de realidades y las películas son eso, contar miles de realidades particulares, singulares, costumbristas o no. ¿Qué tiene de real gente saliendo de un bar y poniéndose alrededor de una farola a cantar? No tiene nada de real, pero es muy bonito. Puede ser muy emotivo y muy real también. Las películas son también un ejercicio de evasión.
Vemos que la estética es muy importante en todos tus cortos.
La estética y los ambientes también. Yo creo que soy un director de atmósferas, de sitios, los sitios también son personajes y los personajes tienen que tener una envoltura (vestuario, actitudes, etc.), si no la tienen, para mí está vacía la cosa, les falta algo.
Por lo que los personajes y el casting de los mismos también forma una parte importante…
Eso es como un deber religioso, saber bien quién es el personaje y el actor que lo va a hacer. Me rompo mucho la cabeza en eso, antes de decir nada al actor que lo va a hacer, de intentar entender quién es, hay que tener olfato también para eso. Tener muy claro quién es el personaje que quieres retratar, pero también el actor que le tiene que dar vida, no solo porque tenga buen perfil.
¿Escribes el guion pensando en un actor en concreto?
Muchas veces sí, luego ya te pueden decir que sí o que no. También estamos en un ambiente underground que, dentro de lo que cabe, no es como llamar a Maribel Verdú. Creo que es mitad y mitad, a veces escribo el guion teniendo muy claro quiénes serán los actores y otras no. Por ejemplo, Elisa no había hecho nada respecto a lo que se ve en ¿Por qué apuntan a Sirio?, pero sí vi cosas en ella que dije: esta es mi heroína de esta historia.
Fotograma de ¿Por qué apuntan a Sirio?
¿Cuáles son tus referentes cinematográficos?
Scorsese, Antonioni, Fellini, Cronenberg, el cine de ciencia ficción de los 50 y 60, la Nouvelle Vague, Fassbinder, Wenders… todo lo bueno nos gusta a todos.
En tus cortos también se aprecia siempre cierto toque de ciencia ficción.
Más bien tienen un punto fantástico, una atmósfera que no es realista del todo, hay un elemento fantástico casi siempre. Pero son historias que hablan siempre del amor, de la ilusión y de la rabia.
Aunque esta última habla del desencanto…
Sí, habla del desencanto, de la familia y de la mente, me interesa mucho el aspecto mental de los personajes, qué les está pasando por dentro y cómo lo demuestran o cómo no lo demuestran. ¿Qué está diciendo? pero realmente, ¿qué está sintiendo por dentro? Es el corto que mejor trata esto. Hay mucho subtexto alrededor de un personaje que no habla y que no habla por algo. Se determina muy bien en esa relación que tienen ellos dos quién es quién.
Después de 10 años intentándolo, ¿qué ha significado para ti estar nominado en el Festival de Cine de Málaga?
Plantar una pica en Flandes, son muchos años aquí rodando, para mí la vida está hecha de hitos, de tristezas y de enamoramientos de algo o alguien. Y esto es un poco un hito, de estar tanto tiempo rodando aquí y que cojan algo que hayas hecho. Todos los cortos que tengo se han ido presentando, pero se desestimaron. La eterna historia, no del perdedor, pero sí del que está detrás de la barrera. Entonces sí que me hace ilusión, me motiva. A veces no es tanto que te cojan el corto, sino lo que significa que lo hagan en el sitio en el que lo hacen, sentirse integrado en un grupo cinematográfico. Para mí de alguna forma, no es que sea tremendamente importante, pero sí es importante, formo parte de algo, de un sitio, de una gente que hace cortos o audiovisual en un lugar. También porque tiene mucho que ver con la identidad laboral ¿adónde pertenezco? ¿A Cantabria, a Málaga? Es una forma de sentirte menos apátrida. No hay nacionalidades en el cine, pero el sitio en el que lo haces sí determina mucho cómo son esas historias, cómo te afecta y cómo afectan al que las ve.
TOP 5 Una película: Uno de los nuestros de Scorsese Un libro: Los amantes tristes de Eugenia Rico Una canción: In this shirt de The Irrepressibles Un lugar: Estambul Un sueño: Escribir una buena canción
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR