Johnny Marr es el responsable del mítico riff ochentero de This Charming Man y eso se nota. Como compositor y guitarrista de The Smiths vivió a la sombra del histriónico y genial Morrissey y solo los entendidos se fijaban en la menuda figura responsable de las melodías que marcaron los años ochenta y sentaron las bases del pop inglés de las siguientes décadas. Y eso se nota cuando ahora Marr se pone al frente de su banda y regala actuaciones de pop enérgico, guitarrero y sin prejuicios para apuntarse cuando toca a la música de baile que tanto ha triunfado en su Manchester natal.
En su visita a Madrid con la gira de su último disco, Call the Comet, Johnny Marr repasó en la sala But su carrera en solitario sin olvidar su pasado con The Smiths y su menos conocida banda Electronic, formada con Bernard Summer de New Order, con la que pasó la década de los noventa en un segundo plano de aquella marca conocida como brit-pop que tanto le debe.
Regaló hits de su primera banda como Bigmouth Strikes Again o The Headmaster Ritual hasta al final llegar al paroxismo pop con There’s a Light That Never Goes Out, momento álgido del concierto ya en el bis. Son ahora canciones que suenan distintas a lo que fueron, con una voz propia que hizo olvidar al mismísimo Morrissey cuando entonó una potente versión de How Soon Is Now?, tema que el divo también maneja en su repertorio actual.
Además, administró su herencia de Electronic cediendo al sonido disco el protagonismo con un par de canciones de la banda, sobre todo con Getting Away It que apoyó en un juego de luces que se salió de la austeridad que imprimió a los focos durante todo el concierto y que convirtió a la sala en un setentera discoteca.
Con una camisa de flores ceñida y desplegando todas las poses clásicas del rock, Marr se apegó a los recursos básicos sin, como él mismo recalcó, un mísero ordenador en escena. Con una imagen cien por cien british que parece sacada de los ambientes de las novelas de Nick Hornby o Hanif Kureishi, Johnny Marr y sus tres acompañantes explicaron en poco más de una hora cuatro décadas de música a golpe de guitarra. No en vano ha formado también bandas como The The y The Cribs y ha aparecido como colaborador, ahí es nada, en discos de ilustres como Talking Heads, Pet Shop Boys, Oasis o Beck.
Pero por mucho pasado de alto abolengo que haya, Marr vino a hablar de su disco. Así, el grueso del concierto lo protagonizó su reciente Call the Comet, que funciona mejor en directo que en estudio. Abrió con The Tracers, el primer sencillo del disco, y a partir de ahí sonaron nueve de los doce temas que lo componen además de Jeopardy, la cara B del single Hi Hello. Marr redujo al mínimo sus anteriores discos en solitario, con par de temas del álbum Playland.
Distinto es que los saltos del público vayan en consonancia con sus hits anteriores, algo que a Marr le ocurre como a tantos grupos y así se despidió, con You Just Haven´t Earned It Baby, otra explosiva muestra de The Smiths que sirve para definir un concierto directo, vigoroso y efectivo en el que se escabulló con eficacia de la etiqueta de estrella atrapada en el tiempo.
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