En resumidas cuentas, se podría decir que Héroes en diciembre, la obra de teatro que se representa en el Teatro Valle Inclán de Madrid, habla sobre la necesidad de hablar. Esta pieza de la jovencísima Eva Mir (Valencia, 1996) incide en que hay que hablar, hay que hablar sobre el suicidio, sobre las causas que llevan a las personas a ese abismo en el que el destino se pone en manos de la cabeza, sobre las cosas que no van bien, sobre ese exceso de productividad que hace que nos olvidemos de vivir, sobre esas exigencias autoimpuestas, sobre las secuelas de un atentado, sobre las enfermedades mentales, sobre lo que daña tanto que hace que la vida sea insostenible.
“Solo se suicidan los optimistas” dice Berta, la protagonista de este ejercicio sobre la muerte y la vida, que ha hecho merecedora del premio Calderón de la Barca en 2019 a su joven dramaturga, que ahora también ha tenido la oportunidad de dirigir la pieza en el Centro Dramático Nacional. “Los suicidas esperan tanto de la vida que sobrevivir no les basta”, dice.
Con el intento de suicidio como nexo de unión de los tres personajes protagonistas y una piscina vacía como escenario, Héroes en diciembre reflexiona sobre asuntos que molestan, tanto que algunos no pueden soportarlo más, pero también sobre lo que significa vivir y vivir bien. Y lo hace a través de una terapia grupal en la que sus protagonistas tienen que repoblar una zona rural y un cuarto personaje, una trabajadora social, que actúa de testigo y parte interviniente en el devenir de los personajes.
Con un lenguaje directo y crudo, Mir consigue que el espectador salga de la sala Francisco Nieva reflexionando un poco más acerca de ese vacío que a todos acecha, que es el mismo que a algunos consigue atrapar irremediablemente. Y lo hace a través de unos personajes muy bien perfilados a los que dan vida Mónica Lamberti, Helena Lanza, Marta Matute y Rodrigo Sáenz de Heredia. La asepsia de hospital y el vacío que se respira en la obra corren a cargo de Monica Boromello que ha conseguido que el eco de las verdades que se dicen dentro de esa piscina vacía retumbe en la cabeza del espectador durante largo rato después de que termine la obra.
Un texto esperanzador en el último intento por vivir de tres personajes que ya lo han intentado todo y están a punto de volver a casa por Navidad.
En el Teatro Valle Inclán de Madrid. Si puedes, no te la pierdas.
No apta para adictos al pensamiento positivo.
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