Guy Denning (Somerset, Reino Unido, 1965) partió del punk y el arte callejero hasta descubrir a Goya, el primer artista moderno y, como él dice, quizá también el último artista moderno. En El sueño de la razon produce monstruos (Museo del Prado), el pintor aragonés expone el fracaso de la razón, en la que confiaba plenamente, en esa batalla con un mundo de sombras. Y esa pugna es la que se plasma en las obras de Guy Denning que se pueden visitar en el Centro de Artes de Vanguardia La Neomudéjar hasta el 19 de mayo.
Denning ha titulado su exposición El sueño de la razón y establece uno de tantos diálogos entre artistas contemporáneos y clásicos. En esta ocasión, el británico se refleja en el discurso de Goya sobre violencia, sexo, guerra y demás fantasmas que pueblan la obra del pintor español. En un texto explicativo de la exposición, Denning glosa a Goya como el equivalente a lo que en la cultura británica representa Shakespeare. Un inglés utiliza a Shakespeare en su habla y en su imaginario, aunque ni siquiera lo haya leído. Y del mismo modo funciona Goya en la pintura. No es la primera vez en la que Denning dialoga con clásico. Ya lo hizo con Dante y los espacios de La Divina Comedia con los que se acercó al universo post-11S.
Escribe Denning: “Goya no era solo un pintor de su mundo. Goya y su obra eran un mundo. Los temas subyacentes del horror, las debilidades y las fallas de la humanidad son más apropiados ahora como una lección relevante para los jóvenes artistas que cualquier otra cosa presentada por otros artistas desde Goya”.
Avanzando por las salas de La Neomudéjar (unos antiguos talleres ferroviarios junto a la estación de Atocha de Madrid cuya visita ya merece la pena) se llega a los cuadros de Denning en los que retrata una humanidad rodeada de oscuridad. Como quiera que el propio autor ha querido que el espectador se asome a sus cuadros a través de la figura de Goya, con el que es más probable que se encuentre familiarizado en mayor medida, los cuadros remiten a la tensión que el pintor español encontraba en una época de fuertes convulsiones sociales y políticas mezcladas con cierto ensimismamiento de la elite intelectual.
Denning es un artista nacido cerca de Bristol, con los que en la búsqueda de referentes no hay que irse muy lejos. Dice su sucinta biografía que en los 80 se acercó a la segunda ola punk, admirando a bandas como Crass o Dead Kennedys, y al arte callejero. Bristol, un importante puerto del oeste de Inglaterra, ha dado buenas muestras de todo esto en los 80 o 90, con bandas oscuras como Massive Attack o artistas de la talla del mundialmente célebre Banksy.
Dennig tiene un trazo oscuro dotado de un extraordinario lirismo en las obras que se pueden ver en La Neomudéjar, un color ocre envuelve a sus personajes, cuya fragilidad queda expuesta ante su propio entorno y coloca mensajes utilizando, en ocasiones, técnicas de collage, un despliegue que remite al activismo político que el propio autor ha seguido a través de su trayectoria. Así, dota de un transfondo existencial a la habitual contundencia del arte callejero, cuyas técnicas mezcló de forma heterodoxa para avanzar en su particular universo. “Cuanto más viejo soy, más entiendo el trabajo de Goya”, dice Denning para explicar su acercamiento al pintor español.
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