McEnroe es una banda que se ha sabido cocinar a fuego lento (llevan cultivando su éxito desde 2002), como sus letras, lo que les ha permitido formar un grupo con personalidad, sin prejuicios, con una capacidad para describir emociones gracias a la cual ocupan en la actualidad un lugar privilegiado en el panorama musical indie. La peculiar voz de su vocalista, Ricardo Lezón, le aporta un desgarrado y original tono melancólico a sus canciones trasladando a esta banda, natural de Getxo (Vizcaya), a la búsqueda de la belleza incluso en terrenos como el de la tristeza. Decididos, sensibles, auténticos, melancólicos, estos chicarrones del norte se abren un poco en esta entrevista que Ricardo Lezón, líder del grupo, ha concedido a SidesOut y en la que también hablan de su quinto y último disco, Rugen las flores (2015).
¿Qué os dan de comer en Getxo para que salga de ahí tan buena cosecha de bandas indies?
Jajaja, en el norte se come y se bebe mucho, y muy bien, pero no estoy seguro de que los responsables sean las chuletas y el Pacharán… Lo que desde siempre se ha cultivado allí es mucha inquietud musical a pesar de que es un pueblo bastante tranquilo. Desde la época de Los Clavos, surgió una afición por montar grupos de todos los colores y estilos que aún hoy día se mantiene. A lo que hay que sumar que también hubo un apoyo a la música bastante importante por parte del Aula de Cultura y eso hizo que la gente se animara aún más a materializar sus ideas. Con el paso del tiempo, esa afición fue pasando de padres a hijos, de hermanos a primos, de cuñados a amigos y así sucesivamente.
¿Por qué el nombre de McEnroe para representar vuestra banda?
Nunca pensamos que el nombre que pusiéramos iba a salir del caserío donde ensayábamos, así que tampoco le dimos muchas vueltas. Yo jugaba al tenis y McEnroe sonaba bien, además, John McEnroe me parece que es un personaje interesante.
Concierto de McEnroe en Sevilla el pasado 16 de enero
¿Qué tienen en común Viento Smith, tu nueva banda, y Mc Enroe?
La voz, las letras y las ganas de contar cosas. Encontrar a David Cordero (del grupo Úrsula) fue una gran suerte en todos los aspectos. Él domina un lenguaje que a mí me apasiona, pero que no controlo. Queríamos contar una historia, estábamos cerca y nos apetecía mucho hacerlo juntos. Estoy muy orgulloso de todo lo que hemos creado. Creo que tanto David como Nacho, Raúl, Edu y yo buscamos lo mismo cuando nos ponemos a hacer canciones.
¿Cuáles son vuestras influencias musicales?
Una de las peculiaridades de McEnroe es que, por un lado, estamos la vieja guardia: Jaime y yo, que venimos de empacharnos de bandas como The Smiths, The Cure, El Pecho de Andy, Silver Jews, etc. y, por otro, están los cadetes que vienen de algo más cercano en el tiempo. Aprendimos a tocar haciendo canciones y creo que eso fue clave para esquivar vicios. No podíamos sonar como lo que nos gustaba porque no sabíamos tocar. Somos grandes escuchadores de música y al final se van pegando cosas de forma inconsciente.
¿Por qué rugen las flores en este último disco?
Creo que es una frase que explica muy bien lo que sentíamos al grabar el disco y lo que cuenta. Hacía tres años que no grabábamos nada y teníamos muchas ganas. La música es algo muy luminoso en nuestras vidas y que nos recarga de una fuerza muy positiva. Disfrutamos mucho haciendo música, estando juntos, con la armonía de los estudios La Mina, de ir viendo cómo crecían las canciones. Fue como encender la luz.
Sois un grupo que ha sabido hacerse a fuego lento, lleváis desde 2002 cocinando poco a poco vuestro éxito, ¿vuestras letras las cocináis igual? ¿Es esa vuestra seña de identidad?
No sé cuál es nuestra seña de identidad. Desde el primer día quisimos contar cosas, hacer canciones que nos emocionaran y nunca nos hemos salido de ese marco. Las letras son una parte muy importante para nosotros, pero también encontrar melodías y arreglos que nos hagan emocionarnos. Nos vemos poco y ensayamos menos, no damos muchas vueltas a las canciones ni a las letras, sabemos muy rápido si nos vale o no. Hacemos música para nosotros.
¿De dónde sale la melancolía de vuestras canciones? Los chicarrones del norte no aparentáis ser melancólicos…
Supongo que soy un tipo melancólico, pero creo que el sonido también lleva hasta ahí. Son canciones de amor, muchas de ellas están escritas en clave de esperanza, de futuro o de ilusión, pero al parecer de ellas solo emerge la melancolía. Siempre he asociado la música a estados de ánimo melancólicos o nostálgicos y a cantar a los amoríos. Los chicarrones del norte aparentamos muchas cosas que no somos y no aparentamos muchas que somos.
¿De verdad pensáis que la tristeza tiene su parte de belleza?
La tristeza de amor, sí. Si estás triste es porque has querido mucho. La tristeza se pasará, pero lo que has querido, no.
Hemos escuchado que Ricardo Lezón se ha mudado a un pueblo de Soria, ¿qué buscas en los entornos rurales?
Buscaba poner en marcha un proyecto que me hacía mucha ilusión. Busco estar tranquilo y hacer lo que me hace feliz. Ahora es esto y más adelante, no lo sé. Siempre me ha gustado perderme un poco, o mucho, y aquí solo me encuentra quien quiera encontrarme.
Hemos oído hablar de La Casa Noroeste en Noviales (Soria), ¿nos podéis explicar en qué consiste exactamente?
La Casa Noroeste es un pequeño hotel rural de ocho habitaciones situado en una pequeña aldea de Soria. Somos seis vecinos y estamos rodeados de campo y montañas. No hay cobertura y apenas existe conexión a Internet. Aquí se viene a desconectar, a pasear, a leer, a escuchar música, a conocer a gente que viene a lo mismo que tú. Solemos tocar por la noche mientras tomamos un gin-tonic. Doy cenas y alojamiento. Hay pueblos preciosos alrededor, parques naturales etc. También funciona como residencia para artistas que busquen calma para acabar sus proyectos. En definitiva, un espacio aislado al que se viene para estar acompañado.
¿Qué le diríais a esas personas que os califican de banda ligada a la tristeza?
Nada. Para nosotros McEnroe es todo menos triste.
Ricardo Lezón ha vivido en Málaga, ¿cuándo nos visitas otra vez pero con un concierto?
En cuanto me llamen. Viví año y medio en Marbella y allí está parte de mi familia, así que lo tengo fácil. Ojalá sea pronto.
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