Como los rayos de sol que asomaban entre clásicos infalibles como Girls and Boys o Blue Monday durante el cierre de fiesta del Primavera Sound en Barcelona, se van dejando ver los primeros síntomas del verano. A ritmo, en caliente, sin descanso, entre dosis de surrealismo, dejando atrás coronas de flores al estilo Lana del Rey, barbas pobladas y RayBans ClubMaster en el amanecer. El verano está a punto de llegar y lo sabemos porque la edición del 2014 del Primavera Sound ha terminado con el cierre de este festival en Oporto el pasado fin de semana.
Con el verano vendrán muchas aventuras nuevas, pero también decimos adiós a otras muchas: a confesiones con el frío de la primera luz del día, a compartir rarezas propias que se convierten en menos raras al compartirlas con otro y un poco de alcohol, a hablar de los dramas de familia, del valor de nuestras madres, del Pleistoceno, de las imperfecciones de nuestros malditos y repetidos esquemas mentales o de la polémica en Sants por el desalojo del centro ‘okupado’ de Can Vies en el camino de un escenario a otro del geométrico Fórum barcelonés. Allí la ruta para recorrer las diferentes arquitecturas en las que se encontraban los escenarios se dibujaba al ritmo de la calidad de la música; el viento, el frío o la lluvia eran simples acompañantes de los conciertos, nunca condicionantes.
Este año los outfits de los modernos han quedado un poco en segundo plano, relegando su protagonismo a las excentricidades de algunos disfraces, las parejas de pseudo-gemelos, el agua para lavarse las manos en los baños, las colas para probar una hamburguesa vegana o las sorpresas de última hora del Hidden Stage.
Por suerte, siempre nos quedará el recuerdo, más o menos claro, de varias noches en las que los Pixies volvieron a tocar clásicos que no fallan, Metronomy vino a demostrar su talento con el pop electrónico, The National corroboró que siguen siendo los caballeros del rock, SBTRKT dejó con la miel en los labios a la gente, Jagwar Ma resucitó al público y Pional puso música al amanecer junto al mar con muy buena electrónica y algunos clásicos. En ellas, Caetano Veloso también dio una lección de experiencia al atardecer a un público que ratificó la diversidad de este festival, Blood Orange mostró sus buenas intenciones a pesar de la poca ayuda técnica y Nine Inch Nails ofreció una apabullante descarga de heavy electrónico. Foals se entregó al público en un breve pero intenso concierto y Cut Copy hizo de la psicodelia el baile de la noche, que se encargó de cerrar el ya tradicional DJ Coco con los mejores temas bailables en un escenario Ray Ban que estuvo a rebosar hasta que el confeti y los primeros rayos de sol aparecieron sobre Barcelona. Quedan más, más fiestas en verano y más ediciones del Primavera Sound, pero yo siempre recordaré de manera especial esta Primavera 2014.
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