Ya durante este fin de semana se han podido ver las pulseras del BBK Live 2019 que lucían algunos de los asistentes más fanáticos a este festival que se celebra en la cima de la famosa colina Kobetamendi, junto a Bilbao. Creo que es una buena muestra de la adicción que provoca este encuentro musical del norte, uno de los que cuenta con mayor tradición de España.
Arrancando con un programa bastante tranquilo en la tarde-noche del jueves, el festival ha ido cogiendo ritmo a medida que transcurrían sus jornadas. Por sus escenarios han pasado bandas de pop ambiental como Cigarettes After Sex (muy bajos de tono en esta ocasión, lo que provocó que su evocadora música se diluyera entre el ruido de la multitud) hasta la química-electrónica más explosiva de The Chemical Brothers pasando por el electroclash provocador de Fischerspooner o el folk autóctono de Maria Arnal i Marcel Bagés. Otro gran ejemplo del eclecticismo que respira BBK Live sin necesidad de desembolsar las ingentes cantidades de otros festivales ni el ansia de abarcar a un público sobredimensionado imposible de gestionar bien.
40.000 personas asistieron a esta cita de 2018 de BBK Live, no está nada mal, teniendo en cuenta la buena organización y el cuidado de las zonas del recinto, que cuenta con seis escenarios diferenciados. Aunque los grandes sonaban en el escenario Bilbao y Heineken, las zonas de Basoa y Lasai han tenido un gran protagonismo por sus envolventes atmósferas en pleno bosque, donde la mejor música electrónica sonabaentre árboles y unas increíbles vistas de la ciudad en el último caso, hasta que la luz del sol se dejaba ver entre las ramas.
Y, precisamente, al más puro estilo élfico apareció Florence and The Machine la noche del jueves sobre el escenario Bilbao para embadurnar a un público deseoso de ella de su aroma de seductora, de dama del bosque. Sus elegantes movimientos y su impresionante voz, sorprendentemente diferente a su habla natural, cautivaron incluso a los que no eran sus mayores fans. Florence cuenta con un gran número de seguidores que se trasladaron hasta Bilbao solo por ella, pero no es de extrañar, esta joven treinteañera ha sabido madurar y crecer con su música, consolidándose como una de las grandes voces del momento. Actitud tampoco le falta. Terminó entregada literalmente a su público que la recibió en volandas.
Florence and The Machine (Foto: BBK Live)
Previamente, ese mismo escenario lo tomó Childish Gambino, otro gran éxito del momento. Su música inevitablemente bailable y sus movimientos no dejaron tregua al entregado público. Más tarde fue el turno de Alt-J y su música que, como el fenómeno que es, congregó a un gran número de asistentes en el escenario Heineken, que se quedó pequeño para una banda de esta talla. El peculiar sonido de este grupo se extendió por la explanada del escenario, deseosa de cantar y bailar grandes temas como Breezeblocks, Left Hand Free o Matilda. Una pena que la banda británica no pudiera disfrutar de un espacio a su altura. Los colombianos Bomba Estéreo tomaron el relevo en este escenario. Con un disfraz de pollo amarillo, Li Saumet revolucionó el recinto del BBK con su estridente música. Reggae, rap, rock y música electrónica se fusionaron con un público alterado, necesitado de esta bomba de relojería.
Li Saumet – Boma Estéreo (Foto: BBK Live)
The XX
El plato fuerte pintaba para el sábado, cuando el trío de The XX extendió el impecable sonido de sus guitarras y su tremenda sensibilidad sobre el público funcionando a modo de impermeable gigante para resguardarlo de la intensa lluvia que se dejó caer durante su concierto. Elegancia y ternura también llovía sobre los asistentes que pudieron disfrutar de un gran concierto de la banda londinense.
A pesar de estar empapado, el público se trasladó inmediatamente al escenario contiguo para sorprenderse con la música bowieana de David Byrne. Una gran sorpresa para los asistentes que, empapado y aguantando una fuerte lluvia, atendieron atónitos al espectáculo teatralizado que el ex vocalista de Talking Heads y sus particulares bailarines ofrecieron en la noche del viernes. No había tiempo que perder y, aunque el concierto empezó con unos cuantos minutos de retraso, sus fans ya aguardaban impacientes bajo la lluvia minutos antes frente al escenario Bilbao para recibir a The Chemical Brothers que, como siempre, no defraudaron. Chute de química para todos los sentidos con sus impactantes audiovisuales aderezados con su atronadora música, incapaz de dejar impasible al más arrítmico del recinto. Una serie de angustiosos, desesperados y originales personajes desfilaron por la pantalla gigante que cubría las espaldas de estos químicos de la música que cuentan con la mejor fórmula mágica.
David Byrne (Foto: BBK Live)
The Chemical Brothers
Aunque era difícil superar la noche apoteósica del viernes, ya desde bien temprano Noel Gallagher y su banda High Flying Birds anunciaron que la noche del sábado prometía mucho. El ex líder de Oasis dejó bien claro que sigue en un buen momento musical y complació a los asistentes con grandes temas de la banda como Wonderwall o Don´t look back in anger, cerrando su nostálgico concierto, que custodió una gran bandera de Manchester al fondo, con la mítica All You Need Is Love de The Beatles, que coreó el recinto al completo que oía con atención al músico británico.
Aunque le relegaron al escenario de la carpa, Fischerspooner no defraudó. El sexo que desprende su música y su show se contagió por la abarrotada superficie cubierta, en la que el sudor (al igual que el electroclasch) resbalaba por los cuerpos en movimiento. Vestido de cuero, el sado acompañó al vocalista de la banda newyorquina durante todo el concierto, que terminó con la deseada y entrecortada previamente Emerge.
Fischerspooner (Foto: BBK Live)
Sin embargo, los grandes de la noche y del festival fueron Gorillaz. Damon Albarn, junto a su banda y el coro góspel que le acompañaba, hizo bailar a todo el BBK Live, allí presente para su esperado concierto. Con espectaculares colaboraciones como Benjamin Clementine, no dejó tregua a un público entregado al sonido rock pegadizo de la banda que ha dejado de ser virtual para dejar ver los rostros de sus grandes componentes.
Tal vez haya que hacer un esfuerzo para subir los escalones que te llevan hasta el monte Kobetamendi, tendrás que hacer amigos a la vuelta bajando las pendientes de las colinas hasta coger el autobús que te lleva a San Mamés y, por supuesto, deberás integrar el chubasquero en tus outfits, pero merecerá la pena pisar el verde del BBK Live.
Gorillaz (Foto: BBK Live)
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