Cluster: racimo, conjunto, grupo o cúmulo y también el título que da nombre a una obra de teatro que retrata una generación, la que nació en los 80. Imagino que respondiendo a ese collage de historias, de retales de recuerdos, de sueños, de olores, de imágenes del pasado que componen esta obra de tres horas de duración.
Cluster retrata a un grupo de ocho jóvenes / niños que todavía no son adultos / adultos que todavía son niños a través de la comedia, bañando del color del humor cada una de las escenas que retrata, bien sean livianas o sumidas en la peor de las desgracias.
Fotografía de una generación criada en la “comodidad” (esa tan anhelada y reprochada después por sus progenitores), bien dopada de mimos y alimentada a base de la falsa ilusión de que eran especiales y de que podían y tenían que ser “alguien”.
Una pieza que recoge muy bien la frustración, el vacío, la falta de valores, creencias y la pérdida de una generación educada en la ilusión de vivir en un mundo que no existiría. También profundiza en la eterna lucha por no querer parecerse a quién nos trajo al mundo y la inevitable aceptación de que, guste o no, llevamos sus genes.
Cluster habla de esa generación descreída, ansiosa, que lo quiso hacer y vivir todo, devorada por la necesidad de ser productiva, enferma por no parar, tanto que se ha desconectado de las necesidades propias del animal que somos. Y cuando habla de ello, suena tan de verdad porque no viene nadie de fuera a contar lo que vio, sino que es contada en primera persona. Es autoficción, esta obra recoge recuerdos, anécdotas, vídeos, fotografías de la infancia y adolescencia de las ocho voces que conforman este puzzle de deseos y frustraciones de la compañía Exlímite.
Javier Ballesteros, Ángela Boix, Pablo Chaves, Leticia Etala, Beatriz Jaén, Ángel Perabá, Néstor Roldán y Belén de Santiago conforman el reparto incansable que da vida durante 180 minutos a esta obra que toca el musical, el drama, la comedia y la tragedia a la vez y que consigue que la sensación de cansancio no se apodere del espectador a pesar de su particular duración.
Ha estado en cartel en la sala Exlímite y no hay duda de que volverá debido a la gran acogida del público y también a las ganas y necesidad de toda una generación de mirarse al espejo.
Imágenes: Luz Soria
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR